viernes, 27 de octubre de 2017

HELLBLADE SENUA´S SACRIFICE

Poco se puede decir que no se haya dicho ya de éste buen juego. No lo he jugado ni creo que lo haga a corto plazo, pero me he visto algunos gameplay y con eso tiro sin rubor. Me lanzo a dos breves pinceladas.

Aparte de lo que digan los expertos y profesionales a mí me ha conmovido una cosa: La mirada a cámara. Probablemente es la mejor mirada a cámara de un personaje de videojuego de la historia.

Transmite y mucho. Transmite impotencia y diálogo, sufrimiento. Pero también habla de empatía, de misterio y de narrativa.

No me canso de decir que hace mucho tiempo en los videojuegos la cámara es un personaje más y un elemento crucial cuya programación es todo un arte.

De hecho llevamos siglos manejándola nosotros como jugadores y como pequeños creadores en vivo. Situándola donde está la acción para mejorar nuestros combates o para admirar detalles del paisaje. Para enseñar al espectador lo que nosotros queramos, para ver si detrás de una esquina hay un malo. En éste título se utiliza también para resolver puzles.


Aquí bien es cierto que en muchos momentos la cinemática nos arrebata el control, pero cuando el personaje mira al jugador (a la cámara) parece estar diciendo que cuidado como te manejas en el juego por que la que sufre es ella. Y tanto.

Abundando aún más, la cámara juega con una dualidad de mensajes y casi baila con el personaje y con el jugador. A veces parece que efectivamente está mirando al jugador y otras veces parece que el personaje está mirando a una de sus voces interiores, a uno de sus miedos o tormentos.

Esto me lleva a la segunda apreciación. La naturalidad de la heroína.

Con las nuevas Laras Crofts, Aloy de Horizon Zero Down o la Ellie de The Last o Us se empieza a ver con normalidad que mujeres protagonicen juegos sin enseñar cacha o marcar figura y que al mismo tiempo logren ser increíblemente atractivas y fuertes. PRO-TA-GO-NIS-TAS.

Y esta Senua de Ninja Studios coge esta idea y la eleva un poco más dándole mucha seriedad. Además han acertado con unos videos de diario de desarrollo absolutamente maravillosos en los que muchísimas veces la mujer es, también… Protagonista.

Gracias a todos y a ellos mismos por no mercadear mucho con esto, pues eso significa normalización. Naturalidad.

Os lo dicho desde ya, pero seguramente os lo repetiré en breve. Para mí, salvo sorpresón, será GOTY.

martes, 17 de octubre de 2017

FREE BIRD

Me cuentan unos amigos que acaban de sacar un videojuego para móviles y me hace ilusión colaborar de algún modo. Así que vamos a comentarlo.

Se trata de Free Bird, un juego para Android gratuito en el que tienes que ayudar a un pajarito a cruzar unos niveles a base de golpecitos en la pantalla.

Cada acción supone un impulso en el vuelo del personaje, con su correspondiente parábola que nos debe servir para sortear obstáculos o enemigos y para recoger monedas.


La mayor parte de las plataformas no podemos tocarlas (¡el suelo es lava!) así que hay que mantener el vuelo casi siempre. Por fortuna tenemos alguna que otra ayuda.

Cada poco aparecen puntos de guardado o check-points con forma de bandera desde donde podemos continuar si fallamos. Para activarlos debemos gastar algunas de las monedas capturadas o ver anuncios de unos 30 segundos.

Con las monedas recogidas también podremos desbloquear nuevos personajes. Se puede comprar directamente moneda desde la aplicación con dinero real. No más de 3,99 Euros.

De éstos micropagos y estos esporádicos anuncios es de lo que vive aquí el personal, así que no escatiméis si queréis colaborar. Mirad los anuncios completos pues de paso se encuentra uno con algún que otro juego interesante y así la rueda sigue girando.

Otra ayuda importantísima serán los cascos para la cabeza de nuestro bichito. Al recogerlos del mapeado es como si tuviéramos no solo una vida más, sino unos segundos de inmunidad absolutamente impagables.

También veremos burbujas de oxígeno para poder bucear y un calzado para andar sobre la lava. Ojo: Se agotan al usarlos y después se agotará nuestra vida poco a poco.

Lo primero que me sorprendió es que a partir del nivel 1-9 la cosa empieza a complicarse y el juego se aleja poco a poco del término videojuego casual. La curva de dificultad para mi gusto, es un pelín empinada aunque nunca desesperante. Se trata de aprender donde aparece cada evento y actuar en consecuencia.

Algún consejo: Los cascos y otros poderes no se conservan de un nivel a otro así que es absurdo guardarlos para después. No temas perderlos para coger más monedas. Además se pueden llevar varios a la vez. Aprovecha bien la inmunidad que conceden cuando te golpean.

Los check point se activan con monedas o con videos. No son automáticos. Haz uso de las primeras con sabiduría y de los segundos con alegría. Hay niveles bastante complicados.

Hay un montón de juegos similares, pero éste tiene algunos puntos muy a su favor. Para empezar no ocupa mucho espacio ni parece exigente con el terminal. Es gratis y respetuoso con el jugador en cuanto a la mecánica del juego, la curva de dificultad, los micropagos o las recompensas.

Si eres impaciente, por pocos euros tendrás muchas monedas pero no es descabellado ir desbloqueando poco a poco a base de recolección de monedas o tragándonos algún que otro video de anuncio.

Esto abre un hueco a la re-jugabilidad del título. Maniobra inteligente de los amigos de SpaceWalkGames.

Haciendo cálculos rápidos, en cada nivel recogeremos entre 30 a 60 monedas. Esto hace unas 500-600 por mundo. Hay 4 mundos con 15 niveles, por lo que al final tendremos entre 2.000 y 3.000 monedas si no gastamos ninguna. Lo justo para comprar el pollito siguiente. Si queremos más, toca re-jugar. Mola, ¿verdad?

El hecho de poder acumular los diferentes power-ups y el uso de las monedas para los check-points hace que el juego tenga más profundidad de la que aparenta en un principio y exija un pelín de planificación a medio plazo.


Los diseños tanto visuales como de niveles tienen su gracia pero no nos dejemos engañar. Lo que aparenta ser un juego de críos se convierte poco a poco en un reto de habilidad, precisión y memoria. 

Los personajes son entrañables y también funcionales pues cada elemento contrasta bien con los fondos y las plataformas. Todo muy visual para que no haya dudas.

Eso sí, de vez en cuando los programadores nos trolean poniendo monedas en lugares que nos llevan inexorablemente a la muerte o enemigos que aparecen justo en el salto más desesperado.

No perdáis la oportunidad de probarlo pues engancha bastante y supone todo un reto.

Descarga (Android)

jueves, 5 de octubre de 2017

EL NETFLIX DE LOS VIDEOJUEGOS

Estoy emocionado con Netflix y HBO. Uso Spotify de gratis casi desde el primer día, de cuando era por invitación. Lo que más valoro es la posibilidad de utilizar estas aplicaciones en varios sistemas y que el precio es bastante ajustado.

Me gustaría que hubiera algo parecido para videojuegos. 10 Leuros. Encender y a jugar. ¿Qué no me gusta el juego?, a otro. Curiosear rarezas, seleccionar y valorar los títulos y no dejarme muchos billetes por el camino. Poder jugar en consola o si prefiero teclado y ratón, pues al PC. ¿Mejor algo sencillito en el móvil? Pues también. Pero va a ser que no.

¿Existe algo realmente parecido a Netflix en videojuegos? Esperad, que hago un googleo rápido y lo miro.

El que está partiendo la pana es Xbox Game Pass. Por 10 euros tienes acceso a unos ciento y poco juegos de Xbox y Xbox One tanto en ésta última consola como en PC. No está mal para empezar pero debe mejorar su catálogo y aumentarlo. Además no es en streaming. Te descargas en el aparato el juego en cuestión. No me acaba de convencer.

Sony tiene PsNow un poco más caro, no está en España aún y el número de videojuegos es mínimo. Eso sí, se puede disfrutar en streaming en un pc gama media y en PS4. No está en España, ergo a tomar viento.

Tercero: Jump. Sólo juegos Indis (independientes, que no indispensables) a 10 pavos al mes. Tendrá menos de 100 juegos disponibles que prometen aumentar de 10 en 10 cada mes. Aún no disponible. Cuando arranque os diré. Me pica la curiosidad. Quizá en el mundillo indie esté mi redención.

Existe un EA Acess pero es más bien un club de socios de Electronic Arts y funciona únicamente para plataformas Microsoft Xbox One. Son entre 2 y 4 Euros al mes y tiene unos 25 juegos liberados, además te dan ciertos descuentos en juegos de la marca.

Utomik también está empezando pero cuidado, puede pegar fuerte. Más de 600 juegos de entrada a poco más de 6 pavos y sin descargas de datos masivas. Prometen buen catálogo. Es casi la que más me ha gustado. Sólo PC.

Resumiendo, ninguno acaba de convencerme, pero ¿es realmente necesario un Netflix de los videojuegos? Veamos…

Netflix empezó a ofrecer video en streaming en 2010… Un momento…

Spotify empezó a ofrecer música en streaming en 2008 en una serie de países, entre ellos España y Francia, líderes en piratería informática. En aquella época la peña se descargaba discos a espuertas con la excusa de que era compartir con los colegas en las redes peer to peer. Thug Life. La industria discográfica pataleaba y pese a que los precios bajaron no supieron reaccionar (siempre me ha encantado pontificar en torno a la industria discográfica, ¿a vosotros no?).

Entonces llegaron los suecos y su lema fue: Toda la música gratis y legal. Irresistible y acertadísimo. Era falso, por supuesto. Ni era toda la música, ni era gratis. Legal sí. Pero no importó demasiado. El modelo estaba en marcha y les quedó chachi piruli.

Habría que contar más cosas buenas y malas pero en mi modesta opinión Spotify es lo mejor que le ha pasado al consumidor medio de música en internet desde hace mucho tiempo. Ahí os lo dejo.

Spotify tiene una versión gratis con publicidad y otra Premium de mayor calidad, sin publicidad y con otras ventajas. El precio es el ya consagrado de 10 points al mes. El catálogo es ab.so.lu.ta.men.te.a.pa.bu.llan.te. Está disponible en móviles, PC, televisores y consolas. Como mera anécdota decir que en PS4 puede funcionar mientras jugamos.



Ahora Sí. Netflix empezó a ofrecer video en streaming bajo demanda en 2010. Previamente había tenido sus más y sus menos con Blockbuster y todos sabemos cómo acabó esta última.

Que levanten la mano los que van al cine regularmente. Bien. Ahora que levanten la mano los que alguna vez han pagado por una serie de televisión. El cine y la televisión estaban de espaldas a internet. O al menos de lado.

A donde quiero llegar es que estos servicios llegan a un lugar arrasado por batallas y plantean una solución.

En EEUU supongo que habría más opciones, pero en España Netflix competía con un par de empresas de televisión de pago o video bajo demanda como mucho. Si me apuráis con una: Movistar, que recogió el testigo honrosamente de lo que fue Canal +. Y en cuanto a videoclubs online solo recuerdo a Waki TV aunque desde Apple TV a Youtube todo el que quiera alquilar o comprar películas por internet tiene alfombra roja, pero Netflix no es un videoclub.

Por lo demás pasaba lo que con la música. El personal se descargaba estrenos grabados en sala el día que la gente más tosía y hasta películas sin terminar.

Todo por no pagar unos eurillos para ir al cine o casi los mismos eurillos por el estreno en DVD o alquilarla aquí o allí. Con las series pasaba tres cuartos de lo mismo. Algo fallaba entre la producción y el consumidor y por el camino quedaron cadáveres como Megaupload, Seriespepito o The Pirate Bay.

Llega Netflix. Se puede empezar a disfrutar por unos 7 Euros mal contados. Tiene un catálogo más que decente y aplicaciones para Smart TV, Android y Apple, PC y consolas. Su fuerte son las producciones propias y que la relación calidad-precio-catálogo es muy elevada. HBO le sigue muy de cerca.

Resumiendo, Spotify y Netflix aprovecharon la eterna lucha entre los productores masa y los consumidores masa, incapaces tanto los unos como los otros de derrotar al rival. Ni la piratería acabó con la industria ni la industria acabó con la piratería, compadre. Estar al loro de todo suponía descargarte ingentes cantidades de datos de dudosa reputación o gastarte muchísimas perras.

Con estos servicios se simplifica mucho la cuestión y se convierte en algo tan sencillo como prender la aplicación de turno y darle a play. Todo legal, a un precio razonable, con funciones como tener tus playlist o ver sin conexión y con la correspondiente post-venta o feedback del usuario.

Lo mejor sin duda es poder utilizarlos casi en cualquier lugar y en varias plataformas. Con Netflix si estoy viendo Bojack Horseman en el salón a través de PS4 o Smart TV y quiero dejar espacio para que los críos vean QuienvivenlapiñadebajodelmarBoesponja mientras meriendan es sencillo cambiar el perfil a infantil y continuar viendo lo mío en mi portátil o incluso en el móvil mientras saco a pasear al chucho.

Puedo estar escuchando mi mejor lista de similares a Kiwanuka en Spotify en mi sobremesa mientras ultimo la cuenta de balances del trimestre de mi start-up antes de venderla a google y continuar luego escuchándola en el móvil mientras hago Pilates en la azotea de mi rascacielos.

Y ahora… vamos a hablar de videojuegos. Y vamos a resumirlo muy mucho.

El consumidor de videojuegos hace tiempo que volvió a pagar por jugar a videojuegos. La industria del videojuego no está enfrentada al consumidor. Por el momento no hay lucha.

Más. El que quiera jugar a videojuegos gratis de forma legal tiene millones de sitios donde acudir. El que quiera jugar a videojuegos a buen precio tiene millones de sitios donde acudir. El que quiera jugar a videojuegos a un precio desorbitado tiene millones de sitios donde acudir. El que quiera además de jugar comprar mil aparatos y consolas, mandos y muñecos, libros y merchandising tiene millones de sitios donde acudir.

Por eso no hay un Netflix del videojuego, porque no es necesario. Si me apuráis no estaría de más una bajadita de precios en los juegos tope de gama y sus aledaños o algún servicio que aglutine varias tiendas o empresas, pero poco más.

Tenemos más opciones que nunca en la historia para jugar a videojuegos legalmente y a una relación calidad-precio razonable.

Por eso no existe un Netflix de los videojuegos.

No obstante me gustaría.

A mandar.