"Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo. Siete para los Señores Enanos en palacios de piedra. Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir". Nueve.
Todos los viernes sobre las once de la mañana llega a
Destiny un vendedor inusual. Suele traer objetos de
mierda gran valor y casi todos los guardianes se arremolinan ante él aunque sólo sea para ver la mercancía. Hay apps, webs y perfiles de
twitter que te indican exactamente donde está, porque cambia de sitio cada semana. Se marcha el domingo, a media mañana.
Se trata de XUR. Tiene una capucha negra y el rostro insondable. La primera vez que lo vi ya me recordó a los Nazgul.
Los Nazgul son espectros del anillo. Cada uno de los nueve reyes humanos que fueron consumidos por la oscuridad y son siervos del anillo único. Ya sabéis, toda la parafernalia de la obra El Señor de Los anillos. Son nueve. Los Nazgul, me refiero. Nueve. Encapuchados. De negro.
El título que recibe XUR en el juego y la única referencia a su historia es: “El agente de los nueve”. Nada más y nada menos. Encapuchado. De negro.
¿Entonces Destiny está utilizando recursos de la mitología fantástica medieval como El Señor de los anillos? ¿Y qué más? Pues mucho más.
Una de las armas más preciadas del juego era el
Gjallarhorn, un lanzacohetes teledirigido y con gran poder de destrucción gracias a su mejora de manada, que multiplica los proyectiles una vez impactado. Una pasada. El
Gjallarhorn era un cuerno de batalla de la mitología escandinava que anunciaba el Ragnarok o batalla de los dioses o batalla del fin del mundo. Mola, ¿verdad?
En el Ragnarok lucharon entre otros un tal Skoll, un lobo que perseguía al sol, La Luz. En la segunda expansión de Destiny, La Casa de los lobos, el jefe final es Skolas… de la raza de los caídos. Raza que llega persiguiendo al viajero, símbolo de la luz en el juego. Luz contra oscuridad.
Todo el universo de Destiny gira en torno a ideas heredadas de diversas mitologías. Hay distintas razas que luchan por un territorio y una especie de ser superior (el viajero) que tiene un representante en la tierra (el orador). La Colmena es una especie primaria muy ligada a la naturaleza subterránea que representaría la magia antigua oscura y siniestra, pues sus más altos discípulos son por ejemplo magas y ogros. También tienen caballeros.
Los caídos serían una especie de orden templaria que persigue al viajero y lucha contra todo el que se les interponga en la persecución, pero sobre todo contra la Colmena y contra los jugadores guardianes. Los caídos tienen Sacerdotes o Capitanes.
Los Cabal están basados en los ejércitos romanos con centuriones o colosos. Las pruebas de Osiris tienen como más alta recompensa el acceso al Faro (¿De Alejandría?). Clara referencia a Egipto.
También tenemos en Destiny runas, minotauros, estandartes, sacerdotes, arpías, espadas con nombre…
¿Entonces todo es una copia? ¿Todo está inventado? Puede ser, pero no tiene por qué ser malo. No es la primera vez que ocurre, ni mucho menos.
Hay por ahí algunas obras con espadas de luz, imperios, órdenes de caballeros que manejan una especie de fuerza invisible, concilios, carreras de cuadrigas, una princesa a la que salvar y muchas naves espaciales. Nosequé de las Galaxias, se llamaba. No lo recuerdo muy bien.
Hubo un Señor que esbozó una historia basada en la mitología de su zona. Se trataba de un enano que lograba extraer material del lecho de un famoso rio para crear un anillo poderoso, capaz de dominarlo todo pero maldito. Su portador no podría jamás amar. ¿Os suena de algo? Debería, pues este Señor se encargó de hacer con esa historia una enorme obra de arte de consumo masivo con los medios de la época. Hizo una obra mastodóntica que hoy día se sigue recordando y reproduciendo. Sirve de inspiración a muchos y es continuamente renovada y re-visitada.
¿Fue J.R.R. Tolkien el 1947? No. Fue un tal Wagner, en 1848. CIEN años antes. El anillo del Nibelungo. Una obra maestra de la ópera que inmortalizaba una historia para “El Gran Público”, basada en la mitología.
Cien años después Tolkien hizo algo parecido. Utilizó los medios de su época para llevar al gran público una gran historia basada en la mitología de su zona. Utilizó la literatura y la radio.
La trilogía de Peter Jackson la actualizó también a su época. En 2001. Cincuenta años después. Corrigió lo que estimó oportuno. Estiró y acortó por aquí y por allá. PARA. EL. GRAN. PÚBLICO.
Las Sombras de Mordor fue un videojuego de éxito en 2014. Contaba una historia nueva basada en todo el imaginario de Tolkien. Destacó entre sus semejantes, recibiendo numerosos
premios.
La cuestión por tanto es: ¿Son los videojuegos un medio válido para inmortalizar o reinventar historias mitológicas? ¿Recogerán el testigo de lo que en su día fue la ópera, la literatura, la radio y por último el cine?
Una cosa parece clara. Es un medio adecuado para un gran público.