miércoles, 28 de agosto de 2019

LA VIDA COMO GRANJERO. STARDEW VALLEY (III)


Estaba ciego pero ahora ya veo.

Nada como meter las manos en la tierra mojada y notar su textura poderosa, antigua. Nada como blandir un hacha y talar aquí y allá lo que el instinto dicte para dejar sitio a un nuevo brote. Sentir la resistencia de la naturaleza a ser cortada, como la merma de tu resistencia al cabo.

Arar primero el perímetro del mejor espantapájaros, después fertilizante básico a la tierra abierta. Sembrar y regar al final y después cada día. Todo un orden correcto.

Plantar patatas en primavera; rojos melones en verano. Cargarlos en tu espalda finalmente y de ahí al cajón. 

Distinguir los verdes por días y segar la hierba que lleva en el lugar tiempo, antes que uno. Una vida por la de otros. La vida de todos. 



Si no riegas tus plantas secan pero si no cortas la hojarasca se acabará apoderando de todo y crecerán árboles fuertes. Nada se pierde.

Al poco te das cuenta de que cada golpe en roca, gota de agua, cada corte en madera o anzuelo mordido es tu propio yo cicatrizando y aprendes a respetarlo. La granja te riega a ti para que no te seques, te pelea y te desfonda cada gota de sudor. Nunca beber agua fue beber hasta ahora y nunca excavar, ahondar la mina fue tanto ahondar en uno mismo.

Los problemas de antaño no existen. El día que amanece lloviendo es bendición; no hay que regar

Cojo mi espada oxidada y mis botas especiales y me adentro en la mina. Buena provisión de fruta para recuperar. He descendido 15 niveles en sus adentros.

Alguien ha montado un ascensor.

lunes, 5 de agosto de 2019

LA VIDA COMO GRANJERO. STARDEW VALLEY (II)


Aquí pasa algo raro. Esto es una especie de comuna medioambiental en la que todos parecen dedicarse a ofrecer servicios para mi granja.

Ilustración de Doodle_Mitzy


Nada más llegar me facilitaron un kit de herramientas imprescindibles. Una azada, un pico, hacha y regadera. Por supuesto hay un herrero local que mejora las herramientas. La familia de carpinteros pone a mi disposición diversas instalaciones para aumentar mi… ¿negocio?

No sé si llamarlo negocio pues aquí la economía no funciona del todo como en el resto del mundo. Los precios no parecen fluctuar y no hay mucho ocio donde gastar el dinero más allá del bar del pueblo. La comida de uso particular es insultantemente barata hasta tal punto que casi se puede subsistir sin gastar en comer aunque hay quien rebusca en la basura algo que llevarse a la boca.

El Alcalde se ofreció para vender mis productos si los dejaba… ¡En un enorme cajón de madera! Y lo mismo le da si le dejo pescado fresco o de varios días, troncos de madera, arcilla, piedras o fruta fresca. Lo coloca todo en el mercado y me paga cada mañana. Nadie tiene otro cajón igual en su finca, que yo haya visto, ni sé cuánto se lleva de comisión, si es que se lleva algo.

Pero todo esto no es lo más extraño. Lo más extraño son los ruidos que hay por las noches y en determinados lugares que aún no se identificar. Una especie de aullidos o gruñidos.

Y. Nadie. Habla. De. Ello.