No sé quién soy emberdá. Voy en un autobús con las cenizas de mi madre y con un barbudo enfrente que me da unos pasaportes que parecen falsos con mucho secretismo.
Por algún motivo se monta un tiroteo entre unos notas que estaban revisando el autobús y algunos de los que van dentro. Ganan los de fuera que entiendo son los malos y normalmente van de rojo. Ya decía yo que había como un mal rollito en el ambiente…
Viene un helicóptero y se baja un Neymar Jr. versión jungla que dice que se llama
Pagan Min (nombre inventado, pienso) y me mete en el helicóptero en plan colega que bien lo vamos a pasar. También había un monito en el autobús.
Por si no hubiera quedado claro que el del helicóptero era el malo se pone a jugar con las cenizas de mi madre y eso sí que no oiga. Me escapo y unos de azul me ayudan y me llevan a otro tiroteo pero al de las barbas lo dejamos ahí preso en el interrogatorio por la cara.
Luego cuando me llevaban en un vehículo nos pegamos la piña del siglo y tengo que cruzar un caminito en plan sigilo. Es divertido echarle carnaza a los animales del lugar para que de paso se coman a los malos.
Todos los de azul parecen conocerme. Que si Ajay Ghale por aquí, que si hijo de Mojan por allí, que que bueno que viniste, toma dinero. Los de azul son los buenos y me uno a ellos en un par de tiroteos más.
Cada vez que mato a un pavo le cojo el arma y el dinero y todo lo que lleve. Sólo puedo llevar un arma a la vez, pero también puedo lanzar piedras y repartir estopa con un machete que no recuerdo de dónde ha salido. Creo que lo traía yo de mi casa.
Por lo demás recuerdo de estos primeros días en Kyrat que hay un montón de cajas y baúles con dinero y cosas raras que solo yo veo por qué brillan un poquito a cada rato. También hay como un poblado donde descansar, comprar y vender cosillas y coger un ala delta. Sí. Un ala delta rudimentario ahí en mitad de la selva.
Los de rojo son los malos. Azul buenos. Far Cry 4. Empezamos.