Aquí pasa algo raro. Esto es una
especie de comuna medioambiental en la que todos parecen dedicarse a ofrecer
servicios para mi granja.
![]() |
Ilustración de Doodle_Mitzy |
Nada más llegar me facilitaron un
kit de herramientas imprescindibles. Una azada, un pico, hacha y regadera. Por
supuesto hay un herrero local que mejora las herramientas. La familia de
carpinteros pone a mi disposición diversas instalaciones para aumentar mi…
¿negocio?
No sé si llamarlo negocio pues
aquí la economía no funciona del todo como en el resto del mundo. Los precios
no parecen fluctuar y no hay mucho ocio donde gastar el dinero más allá del bar
del pueblo. La comida de uso particular es insultantemente barata hasta tal
punto que casi se puede subsistir sin gastar en comer aunque hay quien rebusca
en la basura algo que llevarse a la boca.
El Alcalde se ofreció para vender
mis productos si los dejaba… ¡En un enorme cajón de madera! Y lo mismo le da si
le dejo pescado fresco o de varios días, troncos de madera, arcilla, piedras o
fruta fresca. Lo coloca todo en el mercado y me paga cada mañana. Nadie tiene otro cajón
igual en su finca, que yo haya visto, ni sé cuánto se lleva de comisión, si es
que se lleva algo.
Pero todo esto no es lo más
extraño. Lo más extraño son los ruidos que hay por las noches y en determinados
lugares que aún no se identificar. Una especie de aullidos o gruñidos.
Y. Nadie. Habla. De. Ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario