viernes, 26 de febrero de 2021

RED DEAD REDEMPTION II. SOLEDAD

 Spoilers.

GTA San Andreas hablaba del barrio y sus roles, de cómo se podía aspirar a ser un rapero de éxito o lucirte como deportista en la playa pero casi mejor acabar pegando tiros y siendo un pandillero. Red Dead Redemption I es una historia personal que gira en torno a la protección de la familia y de que las ideas nunca mueren, sobreviven por quepasan de padres a hijos. GTA IV tiene un tono general oscuro para darnos una lección en cuanto a las motivaciones para la venganza, con un barniz sobre la inmigración en EE.UU. GTA V habla de… bueno, hay explosiones y espectaculares atracos en una historia coral con personalidad pero sin mucho más profundo que contar… ¿Y Red Dead Redemption II? ¿De que habla este título?

Primero que nada. Si. Rockstar siempre pone sobre la mesa el debate (¿pueril a estas alturas?) sobre la violencia en los videojuegos y una crítica más o menos afortunada a los tiempos que corren, la sociedad, el dinero y el poder, América y tal y cual, pero después desliza algún tema algo más íntimo y diferenciador en cada título.

Para mí, en este título el mensaje es la soledad, pese a que de entrada formas parte de un grupo. La soledad o más bien las maneras extrañas afrontarla o de esquivarla no sólo de nuestro personaje principal, sino de quien es el verdadero motor de la trama: Dutch. El jefe.

En la historia de Arthur y Mary Linton ésta la propone huir de todo y empezar una nueva vida con ella. Arthur se excusa en que no tiene dinero (yo tenía entonces más de mil dólares, suficiente para empezar una nueva vida, como después se vio con John Marston) y que tiene que ayudar a la banda a resurgir.

En esta conversación está gran parte del mensaje de la obra. Pasa casi de refilón y hay que estar atentos, en otro alarde de escritura de diálogos y silencios de éste videojuego, que da gloria verlo. Arthur simplemente está eligiendo a Dutch en vez de Mary pues le asustan las certezas de esta y fantasea con las promesas de aquel, lo malo conocido. Ella, de hecho, le dice: “Hay un buen hombre dentro de ti ... Pero él está luchando contra un gigante.”

Dutch contagia a todos su miedo a la soledad y su incapacidad para llevar una vida familiar cotidiana, una vida alejada del crimen que es lo que muchos anhelan. Veo soledad también en el hecho de que nuestro personaje, el poderoso cowboy con habilidades sobrenaturales para el tiroteo y al que no le tiembla el pulso para dar una paliza a cualquiera, además escribe diarios, anota y dibuja con buena mano, reflexiona, se sienta a escuchar a la gente y se para a examinar edificios pintorescos...

Veo el miedo a la soledad y cómo la banda se esfuerza en mantenerse unida cuando estaba con mi caballo haciendo misiones secundarias y llevaba un tiempo sin pasar por el campamento y uno de los miembros me vino a buscar para recordarme que teníamos cosas que hacer. Me sorprendió que en un mundo abierto tan increíblemente rico que te hace plantearte que puedes vivir (jugar) simplemente cazando, pescando y recorrer el mundo para desfacer agravios y enderezar entuertos, el sistema te invite a continuar con la misión principal.

Veo soledad cuando yo rescato a John varias veces y al chiquillo de éste, a Micah Bell y a Abigail pero cuando soy yo el preso, me las tengo que apañar solo… Arthur quiere y debe afrontar su fatal destino Solo…

Las supuestas ideas de Dutch de una sana comunidad de gentes libres, que ayudan a los débiles y que luchan contra lo establecido cae pronto ante la evidencia de que es un asesino orgulloso y vengativo que se mueve básicamente por dinero y probablemente por este miedo interno. No duda en apuñalar a una anciana por un lingote de oro en Guarme y es despiadado cuando acabamos con Angelo Bronte o los Braithwaite.

Todos lo siguen por miedo, pero no miedo a represalias o daño físico únicamente, entiendo. Miedo de cada cual a enfrentarse a sí mismo. Miedo a quedarse sólo con uno mismo y esto es, en última instancia, lo que lo distingue de Arthur. La relación de ambos con la soledad.

John Marston, sin embargo, actúa al final de contrapunto a toda esta idea, como una especia de término medio. Toma la ayuda de Arthur Morgan para vivir la vida que él debió vivir con una familia y un trabajo honrado y en equipo, al menos durante un tiempo, para después añorar la vida del auténtico John Marston, un cowboy solitario irredento.


Ilustración de Bryan Taylor



Todo esto está maravillosamente bien hilvanado en este título. Arthur Morgan es uno de los personajes mejor escritos del videojuego que yo haya tenido el honor de manejar y no sólo por el texto que le toca, sino por lo que el texto le hace observar, por lo que los demás personajes le cuentan o lo que tiene que presenciar. Las más de las veces y pese a sí mismo, estoicamente. Trasladar esto al mando de un videojuego es simplemente magistral. Es por esto que lo repito: Rockstar hace más que videojuegos violentos y es de necios no saberlo ver.

Como frase lapidaria gratuita: Red Dead Redemption II es el “Los Miserables” del mundo de los videojuegos.

Ahí os quedáis.

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