domingo, 27 de septiembre de 2020

RED DEAD REDEMPTION II. ¿EL JUEGO QUE NO DEBIÓ EXISTIR?

 

“Este juego no debería existir”, me dije cuando ví los primeros anuncios allá por 2016. La primera parte dejó elegantemente el listón a su justa medida y cualquier cosa que viniera después lo estropearía. Estaba equivocado, pero tardaría en darme cuenta. 

Esta inicial reflexión encierra ya un cierto debate. ¿Hasta qué punto es necesaria la experiencia vivida en Red Dead Redemption para disfrutar plenamente esta segunda parte? Desde mi modesta opinión, es indispensable. No digo más. 

Las primeras muchísimas horas no hacían más que avivar el fuego de ese pensamiento, Pepe. Se supone que formas parte de un curtido grupo de malhechores que viene huyendo de la autoridad después de haber dado un gran golpe y teniendo que dejar a sus espaldas el botín, bien escondido. 

Tenemos en nuestras filas todo tipo de maleantes, cazarrecompensas, borrachos, grandes tiradores, expertos cazadores y damas muy capaces de empuñar un arma al menor tosido. Enterramos a los caídos y a huir. Cruzamos la nieve atravesando la peor tormenta que se recuerda en pleno mayo para establecernos después en terrenos más agradecidos. 

Somos una suerte de caravana de aguerridos delincuentes que todo lo que hacen es asesinar, extorsionar, robar e incendiar pero que, extrañamente, siempre andan quejándose explícitamente de que vaya si es dura la vida del cuatrero, que si deberíamos ser granjeros, que si no tenemos dinero, que si el mundo que conocemos se está acabando y nos vamos a quedar atrás, que si me he roto una uña, que si nos persiguen los nosequién y otras sandeces. 

Y son sandeces por que nada les impide tomar algún terreno y cultivar, criar ganado, vivir de la caza o del curtido de pieles… ¡En la banda hay hasta un prestamista por favor! 

Y así, entre repetidas quejas sin mucho fundamento y tiroteos se nos presenta un western hipertrofiado y grandilocuente, bellísimo por demás pero con sus mecánicas ya más que amortizadas (rueda de armamento, coberturas, tiempo bala, algo de sigilo, conducción de caballos, caza…) que tiene que competir en éste aspecto con joyas de la mecánica y del alarde por el paisajismo como son Death Stranding o Ghost of Tsushima. Ambos coetáneos. 

Y ahí me tenía, pensando que odiaría el juego pues para eso mejor quedarme con el buen sabor de boca que me dejó el primer título, y deseando que acabara cuanto antes hasta que empecé a vislumbrar algo… Algo que va apareciendo muy lentamente. Iba casi siempre de la mano de una mirada callada, una frase espectacular en un diálogo hasta entonces previsible (“Somos hombre malos, pero no somos ellos”), alguna escena impactante y sorpresiva o alguna intervención de un secundario del montón que hasta entonces no parecía estar ahí. 

Pero sobre todo la sensación de seguridad en la trama la aportaba un personaje que parecía improvisar desde el más absoluto caos. 

Un tal Dutch. De apellido curioso. Van der Linde.

Fan Art de ThanksDecker
Fan Art de Fan Art de ThanksDecker


viernes, 25 de septiembre de 2020

RED DEAD REDEMPTION II. PRIMERAS IMPRESIONES

Demasiado lento. Todos comentan que el mundo está cambiando y nos quedamos atrás y que somos una banda de forajidos y cuatreros que siempre anda haciendo fechorías y huyendo… quejándose de que son una banda de forajidos y cuatreros que siempre anda haciendo fechorías y huyendo…




Algunos diálogos son para enmarcar.